Angel Amaro
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NI SE TE OCURRA ENTRAR
A principios de 2022 consulté en Dente Klinica del paseo de Colón de Irun la colocación de un implante.
¡Ojalá nunca lo hubiera hecho!
Sus argumentos, asegurándome su eficacia y que el tratamiento e implante serían definitivo, me decidieron a comenzar con ellos todo el proceso.
Aunque todo parecía ir bien, ya desde el principio, notaba una pequeña molestia que achacaba, y ellos también me lo decían, a que era un pequeño proceso de adaptación. Pero, a los tres meses, la molestia era mayor y, un día, la muela comenzó a moverse.
Les llamé enseguida y Nina intentó ajustarla sin resultado. La siguiente consulta fue con Hugo, el encargado de poner los implantes y a la fuerza bruta intentó lo que era imposible, pasando una tarde de dolores horribles. Reconoció que el implante había fallado, que había que quitarlo y comenzar de nuevo.
No podía creer lo que estaba pasando, me quedé sin poder hablar, desconcertado y totalmente aturdido. No me dieron ninguna explicación, aunque imagino que sí sabían la causa porque, una muela que se mueve a los tres meses, es un trabajo mal hecho. Les hablé de la devolución del dinero y se negaron, aunque al principio parecía que sería posible. Su explicación fue que un implante era como hacer una tarta de queso, que a la primera te sale mal, pero, luego, te queda buenísima. Ahí ya vi claramente su catadura personal y profesional.
Quedamos para otra consulta, pero les llamé antes para decirles que no lo iba a volver a intentar, intenté negociar la devolución del dinero pero fue imposible. El resultado es que yo estoy sin el implante y ellos con 2.639 euros que me han estafado por un trabajo mal hecho. Además, 847 euros por encima del presupuesto pactado. Un cobro abusivo que no me comunicaron.
Sé que responderán a este comentario argumentando que firmé una hoja de consentimiento. Sí, la firme y no tengo copia de ella. Es la misma hoja que firmamos todos antes de una intervención y que, la mayoría no leemos porque si lo hiciéramos no entraríamos a la consulta. Me parece un argumento ruin y sucio escudarse en eso para justificar lo injustificable. También dirán que están dispuesto a ponerme el implante todas las veces necesarias. ¿Cuántas, 3, 15, 25? Igual que el chiste tan cruel de la tarta de queso, hasta que suene la flauta.
Está claro, gente sin escrúpulos a la que no les importa la seguridad del paciente ni el resultado del trabajo. Únicamente quedarse con un dinero que no les pertenece.
No entres, hazme caso. Puede que, igual que yo, te arrepientas toda la vida. Y te sientas como me siento ahora: impotente, humillado y robado.
El buen nombre no se recupera, el buen nombre se trae de cuna. Y viendo por vuestra respuesta que, además de estafadores y malos profesionales, sois embusteros no conocéis lo que eso significa.
Debajo de mi mala, muy mala crítica, hay otras dos igual de nefastas pero, según la respuesta a los clientes que las han escrito, nunca han estado en vuestro establecimiento. ¡Qué casualidad! Conmigo no os ha valido esa patraña porque, doy tantos datos de vuestra actuación y de vuestro local, que es imposible negar que sabéis quien soy. Y que todo lo que digo, palabra por palabra, es cierto.
Si pensáis emprender acciones legales, adelante. No tengo ningún miedo y me encantaría saber qué os vais a inventar delante de un juez para defender lo indefendible. Así que, menos cuentos y mentiras y devolverme todo del dinero que me corresponde y que, con tan poca honradez, os habéis quedado.
No os empeñéis, vuestro nombre, ese que tanto os preocupa, está por los suelos.